En la crisis de los refugiados, los franceses Marine Mandrila y Louis Martin se recorrieron los cinco continentes como “reporteros gastronómicos” con el fin de combatir el rechazo hacia “el diferente” utilizando la cocina. Con ellos nació el Refugee Food Festival, que en junio llegará a 15 ciudades entre ellas Madrid.
Martin y Mandrila comenzaron a viajar a finales del 2013 por todo el planeta y a establecer contacto con la gente de los países que visitaban, con quienes cocinaban los platos locales. Después de un año, regresaron a Francia y dedicaron otros 12 meses a preparar un libro de recetas y a editar el material audiovisual que habían grabado, que quedó recogido en 16 documentales. Por entonces, los refugiados huían masivamente
de guerras como la de Siria y llamaban a las puertas de una Europa, según ha dicho Martín que no estaba cumpliendo su deber de darles la bienvenida. Los países cerraban sus fronteras. Había miedo e incluso hostilidad hacia los refugiados. Por lo que decidieron involucrarse personalmente para cambiar esa situación.
Comenzó así el camino que desembocó en la primera edición del Refugee Food Festival. Tuvo lugar en París en 2006 y en ellas participaron once restaurantes que abrieron sus puertas para que chefs y cocineros refugiados preparasen sus platos al público. Al año siguiente, el número de restaurantes aumentó. Este año cuentan con quince restaurantes.
Mandrila y Martin destacan que la idea del festival fue suya pero que la puesta en marcha, y su desarrollo en todas estas ciudades, habría sido imposible son la ayuda de Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados como la asociación de voluntarios Madrid for Refugees.
Su objetivo es ofrecer “otro punto de vista” sobre los refugiados, poner en valor su talento y patrimonio culinario de sus lugares de origen ya que países como Irán, Siria e Irak, por ejemplo, tienen un legado gastronómico muy potente.
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